EN Jima
Una vez que los agaves están maduros y listos para ser cosechados, las plantas se extraen del suelo mediante un proceso llamado “jima” durante el cual se cortan las hojas o “pencas” utilizando una “coa”, la herramienta principal de un jimador.
El destilado
Una vez cortadas las pencas, se extrae entero del suelo el corazón del agave o piña. Luego, esta piña se corta en trozos pequeños y se transporta a la “taberna”, el nombre de las destilerías donde se produce el raicilla.
Horneando
Una vez en la taberna, se enciende un horno de barro o piedra con leña de roble y se calienta hasta alcanzar unos 1000 °C. Una vez que el horno está a la temperatura adecuada, se echan los corazones de agave al horno, el horno se sella completamente para conservar el calor generalmente con arcilla o barro. Luego los corazones de agave se tuestan durante aproximadamente 72 horas.
Fermentado
Una vez finalizado el horneado, se abre el horno y el agave sale asado, dulce y delicioso. Luego, el agave se muele a mano o en un molino y se arroja en tinas de fermentación hechas de plástico, madera o acero inoxidable. Luego, el “gabazo” o agave tostado molido se deja fermentar en la sala de fermentación a la temperatura adecuada durante 3 a 5 días hasta que todo ese delicioso azúcar se convierte en alcohol.
Destilación
Una vez que la fermentación alcanza el nivel deseado, el gabazo se coloca en alambiques de acero inoxidable estilo árabe o filipino y se destila, convirtiéndose en deliciosa Raicilla. Todo este proceso se realiza a mano en pequeños lotes para preservar las formas antiguas de fabricar Raicilla y mantener ese increíble sabor justo donde debe estar. Los resultados son simplemente magistrales.
Años de maduración
Dos categorias de raicilla
Raicilla de la costa
